Ofrecemos un asesoramiento integral en todas las indicadas áreas de especialización, con especial incidencia en la intervención en el foro, velando siempre por los intereses de nuestros clientes, a quienes se oferta un servicio avalado por más de treinta y dos años de experiencia.
Nos regimos, como pilares esenciales de nuestra actuación profesional, por la estima de la ética y la deontología profesional; la empatía; el profundo y riguroso estudio de los casos y asuntos encomendados; el más absoluto respeto por el secreto profesional; la defensa de los derechos fundamentales y de los más básicos principios del proceso, tanto propiamente en éste como en todos sus trámites previos, y la información puntual al cliente.
Para ello contamos con la más actualizada Doctrina Científica y las más completas colecciones de Repertorios Jurisprudenciales, en combinación con las nuevas tecnologías
al servicio del derecho y los más modernos medios técnicos.
Sin olvidar el asesoramiento de nuestros clientes, desenvolvemos nuestra actividad, fundamentalmente, en el Foro, esto es, ante los Tribunales, y en la defensa y acusación de litigios a iniciar o en proceso, diferenciándonos con ello de otros despachos, que se ocupan en exclusiva de tareas de mero asesoramiento legal.
Tratamos de ejercer, en definitiva y eminentemente, una Abogacía humanista, de la forma en que Teresa Arzuaga habla en 'El abogado humanista', "donde presenta una visión crítica de los juristas, planteando ampliar la misma, no pretendiendo describir un tipo específico de Abogado, sino una educación humanista que permita desarrollar la imaginación, la empatía y el análisis de la experiencia humana, al servicio del progreso moral y de la justicia". En su obra, así como en el prólogo de Antonio Hernández-Gil Álvarez de Cienfuegos, "presenta el ideal del Abogado humanista como alternativa a la concepción técnica y mercantilista hoy dominante en la profesión, siempre a partir de las tesis de James Boyd White y Richard Weisberg, dos juristas humanistas fundadores del influyente movimiento norteamericano Law and Literature Studies. Aspira a despertar en el Abogado la conciencia de la dimensión genuinamente literaria de su actividad profesional y espera de él las habilidades del buen lector, el crítico literario y el artístico escritor".
Definitorio de nuestra filosofía
puede ser también el contenido de las siguientes citas:
- "Quisiera elogiar al Abogado del futuro, capaz de comprender a todos los seres humanos, a los nómadas del gran desierto y a los campesinos de las colinas, a los cazadores de la sabana y a los pescadores de las lagunas; al animista, al cristiano, al budista y al musulmán, al ateo y al taoísta. A la víctima y al asesino, al confiado y al estafador, a la mujer adúltera y al esposo celoso, al aborigen y al colono, al terrorista y al legionario, al capitalista y al proletario, al puritano y al libertino. Lobo de las estepas y zorro del desierto; númina, romano y griego a la vez, capaz de todas las metamorfosis, hombre y bestia, mago y poeta, forjando sus transformaciones en una creación permanente y haciendo de su tragedia individual la nuestra colectiva, siempre en movimiento, asumiendo mejor que nadie a la humanidad entera."
"Justicia y Literatura" de Jacques Vergès.
- "A menudo, os he oído hablar de alguno que comete un delito como si no fuera uno de nosotros, sino un extranjero para vosotros y un intruso para el mundo. Pero yo digo que así como ni el santo ni el justo pueden elevarse por encima del más alto que mora en cada uno de vosotros, así, el malvado y el débil no pueden caer más bajo que el más bajo que mora también en cada uno de vosotros. Y así como ni una sola hoja se torna amarilla sin el silencioso conocimiento del árbol todo, así el malhechor no puede dañar sin la oculta voluntad de todos vosotros.......Y sabed esto también, aunque las palabras caigan pesadas a vuestros corazones: La víctima del asesinato no es irresponsable de su propio asesinato; y el robado no está libre de culpa por ser robado, el justo no es inocente por los actos del malvado, y el sin mancha no está limpio por las acciones del reo. Más aún: el culpable es a menudo la víctima del ofendido. Y, con más frecuencia aún, el condenado es el que lleva la carga del sin culpa y del intachable. No podéis separar al justo del injusto y al bueno del malvado. Porque están juntos frente al rostro del sol, así como el hilo negro y el blanco juntos son tejidos. Y cuando el hilo negro se corta, el tejedor examinará la tela entera, y también el telar. Si cualquiera de vosotros enjuicia a la esposa infiel, hacedle también pesar en la balanza el corazón de su marido y tomad con exactitud las medidas de su alma. Y haced que el que quiera azotar al ofensor mire bien antes el espíritu del ofendido. Y si cualquiera de vosotros quisiera castigar en nombre de la virtud y descargar el hacha contra el árbol malo, haced que mire también a sus raíces. Y, ciertamente, encontrará las raíces del bien y del mal, de lo fructuoso y de los estéril, todo junto y entretejido en el corazón silencioso de la tierra.......Solamente entonces sabréis que el justo y el caído no son más que un mismo hombre de pié en el crepúsculo entre la noche de su ego pigmeo, y el día de su ego divino. Y que la piedra angular del templo no es superior a la piedra más baja de sus cimientos."
"El Profeta", de Khalil Gibran.
- “Don Ángel Ossorio y Gallardo, eminente jurista español,
publicó en junio de 1919 a la edad de 46 años, un libro que se volvería un
clásico en la deontología jurídica, El alma de la toga. Señala Ossorio que
estas páginas son algo más que unos apuntes de observaciones y mucho menos que
un cuerpo de doctrina. Nada hay en ellas de científico ni de narración amena.
Son, sencillamente, la expresión de un estado de conciencia. Sobre esta
asequible, pero a la vez monumental obra, Santiago Sentís Melendo, el jurista
argentino, apuntó que la obra de Ossorio —no sólo este libro, sino toda ella—
conserva su lozanía porque no es nunca la obra de un momento sino la obra de
una vida. No puede pasar porque los valores que la integran son permanentes. En
el capítulo final del libro, a manera de corolario, el autor escribió diez
breves y profundas sentencias. Fruto de la experiencia en el foro, estos
consejos están dirigidos al profesional del derecho, pero sobre todo, a la
juventud deseosa de hacer de la abogacía un camino de vida” (Juristas Unam):
“II. No afectes una convicción que no tengas”.
“III. No te rindas ante la popularidad ni adules a la tiranía”.
“IV. Piensa siempre que tú eres para el cliente y no el cliente para ti”.
“V. No procures nunca en los tribunales ser más que los magistrados, pero no consientas ser menos”.
“VI. Ten fe en la razón, que es lo que, en general, prevalece”.
“VII. Pon la moral por encima de las leyes”.
“VIII. Aprecia como el mejor de los textos el sentido común”.
“IX. Procura la paz como el mayor de los triunfos”.
“X. Busca siempre la justicia por el camino de la sinceridad y sin otras armas que las de tu saber”.
"El Alma de la Toga", Ángel Ossorio y Gallardo.
"Como no podemos cambiar a los hombres, nos limitamos a cambiar las leyes."
Lucian Arreat.